Preguntas sin respuestas

Que difícil escribir sobre algo que ni si quiera comprendo en su totalidad por no decir que no lo comprendo en absoluto. Que complicado se vuelve intentar poner en palabras un sin fin de conceptos fluidos creados para mis por qué y mil pensamientos que parecen ser expresados en sentimientos exclusivos e inexistentes para los demás. Sin embargo, después de haber hablado inclusive con los muertos buscando un alivio a una angustia sin sentido sigo utilizando mi ultimo recurso y el único que ha logrado sacudir un poco el dolor: El escribir. No sé a donde me conduzca todo esto, por qué para ser honesta ni si quiera sé de que voy a hablar, y el único consuelo que me queda es saber que toda mi vida se basa en eso, un camino sin destino premeditado que se ríe de mi cuando creo haber descifrado la manera en la cual debo pisar para que sea más ligero el recorrido, supongo este entonces se convertirá en una combinación cambiante de atajo y zona de confort en la cual me acostare a llorar, gritar, fingir, reír y pretender que el miedo no lograra alcanzarme. Nunca he discutido con mi soledad, ni para bien ni para mal y hasta el día de hoy me di cuenta que ha sido tan insignificante en mi vida pensar en esta, que no había entendido la importancia de saber diferenciar la comodidad de la conformidad y al final tuve que saborear esa delgada línea que los separa y sujetarla con mis dientes para poder apaciguar el sin sabor que se produce al extrañar. Me gusta pensar que el que pierde a veces gana, pero cuando lo que considerabas triunfos solo por el hecho de estar presentes se van, notas que la meta estuvo desde el momento en que se empezó la carrera y que cuando esta se acabara iba a ser una perdida inmediata, comienzas a cuestionarte si realmente valió la pena o si tan solo jugabas a que podrías ser el primer ganador en el juego del amor. Alguna vez  se han cuestionado el por qué el silencio también hace ruido inclusive a veces más fuerte que cualquier sonido? O por qué siempre terminamos eligiendo la memoria selectiva como anestesia y no cómo analgésico sabiendo qué es cuestión de tiempo volver a sentirnos mal? Maldita soledad, porque realmente siempre vas a estar acompañado, sin importar si es de presencias vacías o de fantasmas caminando a tu lado que se reflejan al ver, sentir, oler, tocar algo que te recuerde a los que una vez estuvieron y ya no están. Que agonía la frustración de no encontrarle definición a la autosuficiencia a pesar de haberlo entregado todo  y que cuando menos lo pienses vuelves a desintegrarte para ofrecer esa felicidad momentánea que todos buscan cuando se sienten mal. Debo confesar que sigo buscando un antídoto para el miedo a el miedo solo por el cuestionamiento de si habrá valentía en la resignación, pero si la hay no aceptaríamos una perdida de honor? Podemos disfrazarnos de ira, orgullo, ego y justificarnos bajo la insensatez de una dignidad poco merecedora de una gratitud verdadera. Y es que la vida nos tira herramientas sin instrucciones, se burla de nuestra desgracia que solo lo es porque decidimos que lo sea y cuando por fin escondo mi cabeza bajo la tierra y me echo a dormir esperando florecer nuevamente sin darme cuenta ni poner esfuerzo es cunado realmente me doy cuenta que he tocado fondo y que las lagrimas ya no son suficientes para regar la semilla que estoy tratando de fulminar y que lo único realmente  satisfactorio y refrescante son las olas del amor y la luz de aquellos soles que escuchan a los corazones agrietarse mientras pretenden divertirse y distraerse con algo más.

ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO